Este es el columpio más fotografiado de Samui (y por qué)

Este es el columpio más fotografiado de Samui (y por qué)

Si pasas más de una tarde en Koh Samui —el refugio tailandés rodeado de cocoteros, convertido en el paraíso de los nómadas digitales—, observarás un fenómeno curioso: un flujo constante de visitantes bronceados, todos con un único propósito, que convergen en una franja de arena rodeada de palmeras. No es un templo, ni el restaurante de brunch fusión más de moda. No, el objetivo de su peregrinación es mucho más sencillo: un columpio de madera, suspendido de una palmera inclinada, con el infinito azul del Golfo como telón de fondo.

Hablemos del columpio más fotografiado de Samui: por qué está ahí, qué significa y por qué, a pesar de tus mejores intenciones, probablemente terminarás haciendo cola para tu propia foto.


El columpio como canto de sirena

El columpio en cuestión, a menudo llamado El columpio secreto de playa o El columpio Lamai Dependiendo de quién la publique en Instagram, cuelga al borde de la playa de Lamai, justo al norte del cabo Silver Beach. Su construcción es de una humildad cautivadora: un tablón desgastado por el tiempo, dos cuerdas y algunos nudos que han resistido más selfies que tormentas. Se mece suavemente con la brisa del mar, una invitación perpetua a sentarse y dejar que los pies cuelguen sobre la arena.

Y, sin embargo, a pesar de su diseño modesto, irradia un carisma peculiar. Quizás sea la simetría: un solo columpio, centrado entre dos palmeras, con el horizonte dividiendo el fondo con precisión. O quizás sea la sensación de nostalgia, la forma en que un columpio parece prometer un regreso a la infancia, cuando el mundo era vasto y las tardes elásticas.


Una breve historia del tiempo (del swing)

Los columpios, por supuesto, son tan antiguos como el ocio: los jarrones griegos antiguos representan doncellas meciéndose en olivos, mientras que en todo el mundo, generaciones han atado cuerdas a las ramas para escapar momentáneamente de la gravedad. En Samui, la tradición tiene menos de mito y más de marketing: el astuto dueño de un chiringuito, al darse cuenta del atractivo universal de un columpio bien colocado, decidió hace años instalar uno en la entrada. El resto, como dicen, es historia.

Pero hay más que la simple búsqueda de validación en línea. El columpio Samui evoca un arquetipo: la búsqueda del "momento perfecto", esa esquiva intersección de lugar, tiempo y emoción cuando el mundo se destila en su esencia. Al hacer fila bajo las palmeras, se percibe la discreta camaradería entre desconocidos, cada uno con la esperanza de capturar algo trascendental, o al menos, muy agradable.


Por qué Este ¿Balancearse?

Es una pregunta justa. Después de todo, la costa de Samui está repleta de columpios de todo tipo: algunos ornamentados, otros apenas colgados de sus ramas. Pero el columpio Lamai perdura por varias razones:

  1. Ubicación, ubicación, ubicación: La orientación del columpio ofrece una vista ininterrumpida del océano y, al atardecer, el cielo estalla en un pintoresco baño de oro y lavanda: el filtro propio de la naturaleza.

  2. Enmarcado: Las palmeras se curvan con precisión, creando un arco natural que favorece incluso al visitante más retraído. La playa se curva en ambas direcciones, ofreciendo la ilusión de soledad, incluso cuando la multitud detrás de ti es de tres personas.

  3. Accesibilidad: No es necesario realizar ninguna caminata peligrosa; el columpio se encuentra a solo unos pasos de la carretera principal, junto a un bar de playa donde puedes comer un coco mientras esperas tu turno.


La etiqueta de la espera (y del intercambio de parejas)

Un consejo, sacado de varias tardes de observación bajo el sol: la paciencia es parte del ritual. Las filas se forman de forma natural, sostenidas por un acuerdo tácito: un swing, un tiro, y luego al siguiente. Los lugareños observan con una mezcla de desconcierto y orgullo; después de todo, el swing se ha convertido en algo tan habitual como las mareas.

Cuando llegue tu momento, no te apresures. Respira hondo. Deja que la brisa te arregle el pelo, que el mar haga su magia. Y si las habilidades fotográficas de tu pareja son más abstractas que literales, recuerda: los mejores recuerdos rara vez son perfectos.


Más allá del selfie: una reflexión silenciosa

Quizás sea fácil descartar el columpio como un truco de redes sociales, un elemento decorativo en el teatro de los viajes. Pero yo sugeriría que hay algo más duradero en juego. El columpio es un lienzo para los sueños, un escenario para pequeños actos de alegría. En un mundo que gira cada vez más rápido, ofrece un momento de suspensión, una breve pausa ingrávida entre el pasado y el presente.

Al caer la tarde y dispersarse la multitud, a menudo se puede encontrar a un niño local o a una pareja mayor disfrutando del columpio para su propósito original. Y en ese momento de tranquilidad, uno se da cuenta: el columpio más fotografiado de Samui es también, sencillamente, un columpio: una invitación a quedarse, a contemplar el mar y a recordar que, a veces, los placeres más sencillos son los que vale la pena compartir.


Consejos útiles para el peregrino del columpio de Samui:

  • Vaya temprano o tarde: Para una luz más suave y menos multitudes, busque el amanecer o justo después del atardecer.
  • Paquete ligero: Los zapatos son opcionales; un pareo hace maravillas.
  • Tenga cuidado: Un poco de paciencia (y una sonrisa) son de gran ayuda en la cola informal.
  • Apoyo local: Los chiringuitos de playa cercanos sirven coco fresco y, ocasionalmente, consejos de vida no solicitados.

Al final, todos viajamos en el mismo arco ondulante: de la llegada a la partida, de la maravilla al recuerdo. Y en Samui, durante unos instantes atemporales, ese arco es bastante literal.

Vilhelms Kalnins

Vilhelms Kalnins

Editor sénior de cultura y patrimonio

Con más de dos décadas de experiencia en periodismo de viajes y una pasión inagotable por descubrir historias poco conocidas, Vilhelms Kalnins aporta una perspectiva experta a Samui Love. Tras haber vivido en varios países y viajado extensamente por el Sudeste Asiático, es experto en combinar la historia cultural con perspectivas prácticas de viaje. Vilhelms es conocido por su meticulosa investigación, su cálida narrativa y su habilidad para conectar con la gente local y revelar tesoros ocultos. Valora la autenticidad, es inagotablemente curioso y disfruta asesorando a jóvenes escritores en el arte de la escritura de viajes inmersiva.

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