Cómo evitar las multitudes de turistas en Samui como un profesional

Cómo evitar las multitudes de turistas en Samui como un profesional

Hay un silencio particular que se apodera de los cocotales de Samui al amanecer, antes de que el calor agite las cigarras y de que las motos comiencen su danza diaria. Es un silencio que se pierde fácilmente si uno se apega al itinerario habitual: una magia que solo se revela a quienes se desvían del camino trillado. Si, como yo, anhelas el auténtico ritmo de un lugar —el aroma a frangipani en una calle vacía, el crujido de la arena bajo tus pies sin nadie a la vista—, entonces, deambulemos juntos por Samui, esquivando las multitudes y coleccionando recuerdos como conchas marinas secretas.

El tiempo lo es todo: aprovecha las primeras horas

Los primeros rayos del amanecer en Samui no solo pintan el cielo, sino que desvelan las capas de la isla, revelando su alma serena. Si quieres vivir la experiencia de Fisherman's Village sin palos de selfie ni multitudes bronceadas, pon la alarma. Camina descalzo por la playa de Bophut mientras los pescadores recogen sus redes; el aire, cargado de salmuera y promesas, se respira. Los mercados están despertando, con los puestos perfumados con lima kaffir y hierbas frescas. Te encontrarás intercambiando sonrisas con los lugareños, en lugar de apretujarte para conseguir espacio.

Busca las orillas ocultas

Es tentador seguir a la multitud hasta Chaweng o Lamai, donde el ritmo de los chiringuitos late día y noche. Pero la costa de Samui es un mosaico de calas escondidas y arenas secretas. ¿Mi favorita? Silver Beach (Haad Thong Ta-khian), una media luna de fina arena blanca enclavada entre cabos rocosos. Si llegas antes de las diez, la compartirás solo con el susurro de las palmeras, y quizás con algún que otro perro tomando el sol.

Aventúrate aún más: alquila una moto y recorre la sinuosa costa sur, donde las señales hacia la Pagoda Laem Sor o el pueblo de Tong Krut te llevan a tranquilas aldeas pesqueras. Aquí, la arena es gruesa, el agua cristalina y la única multitud es una bandada de garcetas que se abren paso entre las aguas poco profundas.

Come como un local, no como una guía

La esencia de la gastronomía de Samui late con más fuerza en los puestos de fideos callejeros y los chiringuitos junto a la playa. Olvídate de los restaurantes famosos de Instagram y, en su lugar, sigue tu olfato hasta los chispeantes woks tras el mercado matutino de Nathon. Pide un tazón de khao soi, con su rico sabor a coco y especias, y deja que los lugareños te enseñen el arte de equilibrar lo dulce, lo ácido y lo picante. En estos lugares no hace falta hacer cola; sus clientes habituales son las tías que charlan mientras toman un café helado y los pescadores con los brazos quemados por el sol.

Elige tus aventuras sabiamente

Las cascadas y los miradores tienen sus momentos especiales, sobre todo cuando vas a contracorriente. Evita las excursiones de mediodía, cuando las furgonetas turísticas congestionan los senderos. En su lugar, camina hasta la cascada de Na Muang en la hora dorada. La selva rebosa de vida y las pozas captan los últimos rayos de sol, tiñendo el agua de un ámbar líquido.

Para recorrer las islas, evite los barcos grandes y busque tours privados en lancha. Negocie con los capitanes en el muelle y se encontrará buceando sobre jardines de coral con solo peces loro como compañía.

Quédate en los rincones tranquilos

El alojamiento no se trata solo de una cama; se trata de las historias que se filtran a través de las paredes. Prueba un bungalow familiar en Bang Kao o Taling Ngam, donde el aire nocturno solo trae el canto de los insectos y el lejano romper de las olas. Aquí, tus vecinos son recolectores de cocos y pescadores, y tus mañanas comienzan con un coro de gallos.

Viaja despacio, saborea más

Sobre todo, deja que Samui se desarrolle a su propio ritmo. Resiste la tentación de marcar cada "imprescindible". Disfruta de un helado de coco en una hamaca, observa cómo se arremolinan las nubes de tormenta sobre el mar y escucha la respiración de la isla. Cuanto menos te apresures, más te revelará Samui, más serena y auténtica.

Un último susurro

Al final, evitar las multitudes en Samui no es solo una cuestión de logística, sino de mentalidad. Es el delicado arte de la curiosidad, de pasear con los ojos abiertos y el corazón dispuesto. Ya sea que estés saboreando un té dulce en un puesto de mercado o explorando una costa desierta, recuerda: los mejores secretos de la isla pertenecen a quienes se detienen lo suficiente para observarlos.

Así que ponte tus sandalias, sigue el aroma de la hierba limón y perdamos de vista a las multitudes, juntos.

Vasilina Zhdanovich

Vasilina Zhdanovich

Curador de Contenidos Culturales

Vasilina Zhdanovich es una exploradora apasionada con un ojo perspicaz para las historias ocultas tras cada esquina. Con formación en antropología cultural y narrativa digital, aporta una perspectiva fresca a Samui Love, entrelazando las ricas tradiciones de la isla, su vibrante panorama gastronómico y sus tesoros ocultos. Conocida por su curiosidad y su carácter accesible, Vasilina disfruta conectando con lugareños y viajeros por igual, siempre dispuesta a descubrir lo que hace a Koh Samui verdaderamente única.

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