El lado oscuro de vivir en Koh Samui del que nadie habla

El lado oscuro de vivir en Koh Samui del que nadie habla
por Eustorgio


Hay un momento peculiar que llega, justo después de que el sol se funde en el Golfo de Tailandia, cuando el mundo parece suspirar contigo. Los frangipanis susurran sus secretos y el aroma a limoncillo flota en el aire cálido. En Koh Samui, el paraíso se siente como algo natural, hasta que deja de serlo.

He pasado suficientes temporadas en esta isla esmeralda como para conocer sus ritmos. Conozco cómo baila la luz sobre las olas en la playa de Bophut, cómo la risa se extiende hasta altas horas de la noche en Fisherman's Village y el silencio suave y meditativo que cae sobre los cocoteros al amanecer. Pero como cualquier lugar que promete evasión, Koh Samui tiene sombras que rara vez aparecen en Instagram o en los folletos de viajes.

Déjame correr la cortina de cuentas para ti, amigo, y compartir las historias que no siempre brillan bajo el sol tropical.


El calor: más que una cálida bienvenida

Hablemos del clima. ¡Ay, las historias tan agradables que cuentan! Pero si vives aquí lo suficiente, descubrirás que el calor es implacable. En abril, te aprieta la piel como una manta de lana, incluso a medianoche. El aire rebosa de cigarras y de esa humedad que convierte tu paseo matutino en una maratón.

Aprendí a llevar un pañuelo en el bolsillo, no por estilo (aunque un poco de picardía nunca viene mal), sino para secarme la frente después de caminar cinco minutos hasta el mercado. ¿Mi consejo? Invierte en ropa de cama y nunca salgas de casa sin una botella de agua. Aprende a amar el ritmo lento; las prisas son para climas más frescos.


El alto costo oculto del paraíso

Es fácil dejarse llevar por la idea de comida callejera barata y masajes económicos. Pero Koh Samui, con sus elegantes resorts y vinos importados, puede vaciar tu cuenta bancaria más rápido que un chaparrón. Los productos importados, en particular, tienen precios desorbitados. Una vez pagué más por un trozo de queso francés que por mangos frescos para un mes.

Si anhelas las comodidades del hogar, prepárate para pagar más. ¿Mi consejo? Ríndete a la gastronomía local: el curry de coco, el pescado a la parrilla servido en hojas de plátano. Aficiónate a los mercados locales, donde las sonrisas son gratis y los productos son tan frescos como el amanecer.


Infraestructura: Belleza construida sobre terreno inestable

La primera vez que se fue la luz, estaba a media frase, con el bolígrafo sobre mi diario. El ventilador bajó la velocidad, las luces se apagaron y la noche se apoderó de mí. Los cortes de luz son habituales aquí, al igual que la escasez repentina de agua, las carreteras con baches y algún que otro bache que podría tragarse una moto entera.

Mi vecino, el anciano Sr. Lek, me enseñó el arte de la paciencia. «Mai pen rai», decía sonriendo mientras encendíamos las velas. «No importa. Las estrellas brillan más ahora». Ten una linterna a mano y deja que estas pequeñas molestias te recuerden que debes bajar el ritmo y disfrutar del silencio.


Ejecuciones de visas y burocracia

Vivir en Koh Samui no se trata solo de deshacer las maletas en la arena. La burocracia tailandesa es un camino tortuoso, que serpentea desde las oficinas de inmigración hasta los pueblos fronterizos con una regularidad vertiginosa. He pasado más horas de las que puedo contar en colas, aferrado a montones de papeles y fotos de pasaporte.

Si planea quedarse, investigue cuidadosamente sus opciones de visa. Considere contratar a un agente de confianza y mantenga sus documentos organizados. No es romántico, pero es un rito de iniciación para todo farang que considera Samui su hogar.


Melancolía del monzón

Hay poesía bajo la lluvia, pero tras semanas de cielos grises y carreteras inundadas, hasta el alma más romántica puede sentirse a la deriva. El monzón transforma Samui: los arroyos crecen, las carreteras desaparecen y la isla se siente repentinamente pequeña. El moho se extiende por los zapatos y los libros; los planes se desvanecen.

En estos meses, busca consuelo en los placeres sencillos. Encontré consuelo en el tintineo de las tazas de café en un café de Lamai, en la camaradería de refugiarme bajo un toldo con desconocidos y en la certeza de que toda tormenta, como toda estación, acaba pasando.


La otra cara de la comunidad

Tanto expatriados como locales tejen un vibrante tapiz en Koh Samui, pero la comunidad aquí puede ser tan esquiva como un geco en las vigas. Las amistades se forjan rápidamente, pero las salidas son frecuentes. La gente va y viene con las mareas. La soledad puede sorprenderte, incluso mientras disfrutas de una copa al atardecer en una playa abarrotada.

Valora las conexiones que hagas, por fugaces que sean. Únete a un grupo local, aprende algunas palabras de tailandés y no dudes en contactar a otros. Al fin y al cabo, cada viajero es una historia en busca de alguien que lo escuche.


Reflexiones finales: Amar las sombras

Sí, Koh Samui tiene sus lados oscuros: el calor, la burocracia, las tormentas y la soledad. Pero como en cualquier romance verdadero, son las imperfecciones las que hacen que la historia de amor perdure. La isla pone a prueba tu paciencia, te provoca con tus expectativas y te invita a ablandarte con su ritmo más lento y salado.

Así que, si te encuentras aquí —no solo de paso, sino viviendo—, abraza las sombras tanto como la luz. Deja que los inconvenientes se conviertan en tus anécdotas, los desafíos en tus lecciones, y la isla, con todas sus peculiaridades, en tu preciado hogar.

En Samui, la oscuridad y la luz siempre bailan juntas. Y si escuchas con atención, oirás las risas que retumban en un restaurante local, prometiendo que cada historia, incluso las difíciles, termina con una sonrisa.

Eustorgio Quijano

Eustorgio Quijano

Corresponsal Cultural Senior

Eustorgio Quijano aporta a Samui Love más de cuatro décadas de experiencia en periodismo y exploración cultural. Tras haber dedicado gran parte de su carrera a descubrir historias inéditas en Latinoamérica y el Sudeste Asiático, Eustorgio es conocido por su profunda curiosidad y su enfoque empático. Su trabajo conecta las tradiciones locales con el público global, convirtiéndolo en una voz de confianza para los viajeros que buscan experiencias auténticas. De carácter amable y gran pasión por la narración, disfruta conectando con personas de todos los orígenes, siempre dispuesto a compartir las joyas ocultas y las costumbres ancestrales de la isla.

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