Cómo viajar a Koh Samui sin caer en trampas para turistas

Cómo viajar a Koh Samui sin caer en trampas para turistas

Hay lugares en el mundo que parecen brillar desde dentro, como si la arena, el mar y el cielo recordaran a cada viajero descalzo que alguna vez ha recorrido sus costas. Koh Samui es uno de esos lugares: una isla tailandesa llena de vida e historias, aunque a menudo velada por el andamiaje de brillantes folletos de resorts y excursiones organizadas. Pero si escuchas con atención, más allá del bullicio de las multitudes y los puestos de recuerdos, encontrarás una Samui más tranquila y auténtica, una que te recibe con la calidez de un secreto bien guardado.

Esta es tu invitación a descubrir Koh Samui a tu manera, evitando las trampas para turistas y disfrutando de los rincones más conmovedores de la isla. Deambulemos juntos, con delicadeza y curiosidad.


Deja que la playa te encuentre: arenas tranquilas sobre multitudes

Es tentador ir directo a la playa de Chaweng, con su animada vida nocturna y sus interminables tumbonas. Pero para una mañana más tranquila, donde la única banda sonora sea el murmullo de la marea, empieza el día en Playa Bang PoAquí, los cocoteros se inclinan perezosamente sobre la arena dorada, y las únicas huellas podrían ser las tuyas. Los lugareños se reúnen aquí para practicar yoga al amanecer o darse un baño tranquilo, y la suave curva de la bahía se extiende como un abrazo tierno.

Puedes buscarlo en Google Maps escribiendo: Bang Po Beach.

Compra una fruta de un puesto callejero, quizás una pitahaya rosada o un puñado de rambutanes, y acomódate a la sombra. Observa a los pescadores guiar sus barcas hacia el horizonte y percibe cómo la vida se ralentiza aquí, con cada suave respiración.


Donde los templos susurran historias

Los templos de Samui a menudo quedan eclipsados por las multitudes. Wat Phra Yai (Templo del Gran Buda), pero hay santuarios más tranquilos que albergan un tipo de magia diferente. Uno de esos lugares es Templo Sila Ngu (El Templo Rojo), un remanso de paz junto al río donde las paredes de terracota brillan cálidamente bajo el sol del atardecer. Los lugareños vienen a ofrecer incienso, y si te quedas un rato, podrías ser invitado a compartir una oración susurrada o una sonrisa.

Puedes buscarlo en Google Maps escribiendo: Wat Sila Ngu.

Pasee por los pasillos intrincadamente tallados y deje que sus pasos resuenan silenciosamente; aquí, la historia y la fe se entrelazan, y la línea entre visitante y peregrino se difumina.


Saboreando Samui: Comida con Corazón

Es fácil toparse con una marisquería turística, pero los auténticos sabores de Samui se encuentran en pequeñas cocinas al aire libre donde las abuelas revuelven ollas humeantes y se escuchan risas de fondo. Para una comida auténtica y sin pretensiones, busque Krua Chao BaanEste humilde restaurante, con sus sillas de plástico y vistas al mar, sirve platos con sabor a casa: currys aromáticos, ensalada de papaya picante y pescado fresco, ligeramente asado.

Puedes buscarlo en Google Maps escribiendo: Krua Chao Baan.

Pide lo que recomiende el chef ese día, y no dudes en pedirlo "pet nit noi" (solo un poquito picante). Saldrás con el corazón lleno y quizás con uno o dos nuevos amigos.


Mercados al anochecer: donde se reúnen los lugareños

Evite la calle peatonal Fisherman's Village, orientada al turismo, y en su lugar, deslícese hacia la Mercado matutino de Mae Nam Al amanecer. Aquí, el aire está impregnado del aroma a limoncillo y aceite hirviendo, y los puestos rebosan de productos de colores brillantes. Observa cómo los lugareños regatean por mangos o se reúnen junto a los puestos de fideos humeantes para desayunar. Aquí nadie intentará venderte pantalones de elefante ni baratijas; solo una sonrisa, y quizás una historia si te quedas un rato.

Puedes buscarlo en Google Maps escribiendo: Mae Nam Morning Market.

Deje que sus sentidos le guíen: pruebe un bocado de khanom krok (panqueques de coco) o beba un dulce té tailandés mientras la isla despierta.


El abrazo de la naturaleza: cascadas y senderos forestales

Cuando el sol del mediodía se pone intenso, cambia la playa por el fresco santuario de Cascada Na Muang 2El sendero serpentea entre la verde sombra, entre flores silvestres y la mirada tranquila y paciente de los búfalos de agua que pastan cerca. Si subes un poco más —imprescindible llevar calzado firme— encontrarás una poza escondida, de aguas frías y cristalinas. Es un lugar que invita a la presencia: detente, escucha el susurro del agua al caer y recuerda cómo es pertenecer al mundo en lugar de simplemente visitarlo.

Puedes buscarlo en Google Maps escribiendo: Cascada Na Muang 2.


Despedidas suaves: dejando una huella más ligera

Viajar con consciencia significa más que simplemente evitar las trampas para turistas. Se trata de llegar con apertura y marcharse con gratitud. Lleva una botella de agua reutilizable, apoya negocios familiares y aprende algunas palabras en tailandés: "kop khun ka" (gracias) es muy útil. Comparte momentos de tranquilidad y déjate llevar por la belleza lenta y sutil de la isla.


Koh Samui, en su forma más auténtica, no es una lista de atracciones, sino una serie de pequeños y luminosos encuentros: una sonrisa, una comida compartida, el silencio del mar al amanecer. Pasea con calma, escucha atentamente, y descubrirás una versión de Samui que perdurará mucho después de haber dejado sus costas.

Svetlana Cebanu

Svetlana Cebanu

Curador sénior de contenidos culturales

Con más de tres décadas dedicadas a explorar culturas y contar historias, Svetlana Cebanu aporta a Samui Love una vasta experiencia y una mirada perspicaz. Formada como etnógrafa, ha trabajado como escritora de viajes y guía local por Europa del Este y el Sudeste Asiático. Svetlana es reconocida por su meticulosa investigación, sus conmovedoras narraciones y su contagiosa curiosidad. Su profundo aprecio por la tradición y su genuino amor por la gente la guían para descubrir las experiencias más auténticas de Koh Samui, desde restaurantes familiares hasta templos centenarios. Tanto colegas como lectores valoran su cálida mentoría, su espíritu generoso y su inquebrantable compromiso con compartir las maravillas menos conocidas de la isla.

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