Pasé una semana sin conexión en Samui: esto fue lo que pasó
Por Mehrzad
¿Podría sobrevivir una semana sin conexión en el paraíso?
Lo admito: soy un ávido fanático digital. El informe de tiempo de pantalla de mi teléfono me avergüenza constantemente, y una vez, presa del pánico, busqué en Google "¿Pueden darte calambres en el pulgar por desplazarte?". Así que, cuando me encontré reservando una escapada de última hora a Koh SamuiEn la joya isleña tailandesa con aroma a coco, decidí: ¿por qué no hacer una desintoxicación completa? Siete días, cero notificaciones. Sin correos, sin TikTok, ni siquiera una consulta furtiva del tiempo.
Spoiler: Samui es el lugar perfecto para desconectar, y me deparó más sorpresas de las que podría haber imaginado. Aquí les cuento todo sobre mi semana de silencio digital, batidos de coco y relajación de verdad.
Día 1: Llegada y el Gran Bloqueo del Teléfono
Aterrizando en Aeropuerto Internacional de SamuiPuse mi teléfono en modo avión, lo enterré en el fondo de mi mochila y entré en pánico. ¿Y si me perdía una emergencia del trabajo? ¿Y si necesitaba Google Maps? Pero mientras el aire húmedo me envolvía y un taxista me sonreía, me di cuenta de que nadie en el mundo podía estresarse mientras se dirigía a... Playa de Bophut.
Consejo profesional: Reserva tu viaje con antelación o simplemente para un taxi a la salida del pequeño aeropuerto. El ambiente de Samui es tan relajado que te preguntarás si el tiempo existe aquí.
Día 2: Pueblo de pescadores, comida y diversión sin miedo a perderse nada
Comencé mi ayuno digital con el desayuno a las Coco Tam'sUn lugar frente al mar donde los pufs hacen las veces de tronos y la brisa marina es mejor que cualquier aire acondicionado. Sin teléfono, pude probar mi batido de mango (veredicto: ¡delicioso!) en lugar de solo fotografiarlo.
Explorador Pueblo de pescadores Sin GPS, me sentí como en un juego de elige tu propia aventura. Me perdí por completo, me metí en boutiques con aroma a velas y encontré una pequeña galería de arte donde un lugareño llamado Pen me dibujó rápidamente: prueba de que los selfies en la vida real son algo común.
Hackeo interno: Ve un viernes, cuando el mercado nocturno convierte la calle principal en un festival de satay chisporroteante, linternas de neón y el mejor helado de coco que jamás hayas probado.
Día 3: Cascadas y susurros de la selva
Sin teléfono, no hay problema. Me subí a una moto alquilada, siguiendo mapas de papel como un explorador novato (o, seamos realistas, como un completo novato). Mi objetivo: Cascada de Na MuangLas rocas moradas y el agua cayendo parecían sacadas de un cuento de hadas tropical, y sin una cámara, en realidad... observó Las mariposas bailan alrededor de la piscina.
Chapoteé con una familia de temerarios de la temporada de monzones, escalé rocas resbaladizas y dejé que el sonido de las cataratas reemplazara mi lista de reproducción habitual.
Consejo: Use zapatos resistentes: ¡esas rocas son más escurridizas de lo que parecen!
Día 4: Templos, tigres y el arte del viaje lento
Decidido a absorber algo de cultura, visité el Templo del Gran Buda (Wat Phra Yai)Elevándose sobre la isla, la estatua dorada brilla a la luz del sol, y los monjes cantan al fondo. Pasé un buen rato sentado, viendo pasar el mundo, un lujo poco común para alguien que suele contar el tiempo en Instagram Stories.
Más tarde me topé con Templo Plai LaemUn complejo de templos en tecnicolor con una estatua de Guanyin de 18 brazos. ¿Lo mejor? Sin multitudes, solo el sonido de la brisa y algún que otro gato curioso del templo.
Día 5: Cocoteros y amistades inesperadas
Sin teléfono que me distrajera, entablé conversaciones por todas partes: desde el vendedor de fruta que abría un coco fresco hasta el pescador local que me enseñaba a hacer un nudo de barco. Pasé una tarde descansando bajo las palmeras en Playa de Lamai, intercambiando historias de viajes con otros viajeros y perfeccionando el noble arte de la siesta en la hamaca.
Joya oculta: Prueba los panqueques de coco de la carretera. Nunca volverás a ver el desayuno con los mismos ojos.
Día 6: Muay Thai, mercados y natación a medianoche
Para una dosis de adrenalina, me inscribí en una clase de Muay Thai para principiantes en Superpro Samui¿Mi coordinación? Dudosa. ¿Mi entusiasmo? Descomunal. Los entrenadores se rieron conmigo (nunca de mí, bueno, quizá una vez), y salí con los músculos adoloridos y una sonrisa enorme.
Esa noche, caminé por el Mercado nocturno de ChawengDonde brillaban los faroles y el aroma de mariscos a la parrilla se mezclaba con el dulce arroz glutinoso con mango. Sin teléfono para mirar la hora, me dejé llevar por la noche, terminando con un baño a la luz de la luna, estrellas en el cielo y ningún correo que responder.
Día 7: Reflexiones, conexiones reales y el regreso del teléfono
Para el último día, apenas echaba de menos mi vida digital. Llené mi diario (¡sí, compré uno de papel!) con historias, bocetos y recibos manchados de coco. Descubrí que estar desconectado no significa estar desconectado, sino conectar con el mundo que tienes delante.
Al encender mi teléfono en el aeropuerto, me inundaron las notificaciones, pero, por alguna razón, se sentían… menos urgentes. Había descubierto un nuevo tipo de conexión, esa que no se mide en "me gusta" ni en mensajes.
Lo que aprendí (y por qué deberías intentarlo también)
- Estar fuera de línea es el nuevo lujo. La belleza de Samui se disfruta mejor lentamente, con los sentidos, no con el carrete de la cámara.
- La gente es más amigable cuando no estás pegado a una pantalla. Hice más amigos en una semana que en meses en las redes sociales.
- Perderse es la mitad de la diversión. Olvídate del GPS. Los verdaderos tesoros son los que encuentras por casualidad.
La magia de Samui: sin necesidad de WiFi
Si anhelas una verdadera aventura, haz las maletas, apaga el teléfono y déjate llevar. Koh Samui Sorpréndete. Desde cocotales hasta gatos de templo, es un lugar que premia la curiosidad, la valentía y el ocasional desvío fuera de línea.
¿Quién sabe? Quizás descubras, como yo, que la mejor señal viene del mundo que te rodea, no de una barra de wifi a la vista.
¿Listo para desconectarte en Samui? ¡Cuéntame cuáles son tus destinos de desintoxicación digital favoritos en los comentarios a continuación!
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