La cafetería secreta de Samui escondida en las montañas

La cafetería secreta de Samui escondida en las montañas: un viaje por encima de las hojas de palmera

Si Koh Samui fuera un coco, la mayoría de los viajeros abrirían la cáscara familiar: las arenas azucaradas de la playa de Chaweng, el bullicioso pueblo de pescadores y las brillantes agujas doradas de Wat Plai Laem. Pero a veces, el agua más dulce se esconde en el lugar menos esperado: un café fresco y tranquilo encaramado en lo alto del bullicio de la isla, donde las nubes te rozan las mejillas y la única banda sonora son las cigarras y el tintineo de una taza de porcelana.

Déjame llevarte allí: a la cafetería secreta de montaña de la que hablan los lugareños y que los expatriados guardan como una receta querida. No está marcada por letreros de neón ni vallas publicitarias de Instagram, sino por el aroma de los granos tostados y la promesa de una vista que te redefinirá la verdadera esencia de Koh Samui.


El sinuoso camino hacia la tranquilidad

Para encontrar este refugio escondido, necesitarás un poco de curiosidad y una moto resistente. La carretera serpentea desde la circunvalación cerca de Lamai, cambiando los cocotales costeros por una selva densa e indómita. El aire refresca; el murmullo de la playa se desvanece. Las curvas cerradas ofrecen atisbos del Golfo de Tailandia entre las ramas de los árboles, y los monos parlotean en lo alto: el auténtico comité de bienvenida de la naturaleza.

Búscalo en Google Maps escribiendo: El Club de la JunglaEncaramado en lo alto de las colinas sobre Chaweng Noi, The Jungle Club es en parte cafetería, en parte mirador y en parte jardín secreto. La subida final es empinada, ideal para intentarla en una moto segura o en un taxi 4×4, pero el ascenso es en sí mismo un rito de iniciación: dejas atrás lo cotidiano y llegas a un lugar que te hace sentir completamente diferente.


Café con vistas (y brisa)

Al subir a la amplia terraza de madera del Jungle Club, te recibe un anfiteatro de cielo y mar. El panorama se despliega abajo: la bahía turquesa de Chaweng, un mosaico de tejados y el infinito horizonte azul, donde los barcos pesqueros flotan como comas en una frase larga y perezosa.

Aquí no hay prisa; el tiempo parece estirarse y suavizarse. El café es intenso, se sirve en prensa francesa o en un suave helado tailandés; los granos provienen de Chiang Mai o, con suerte, de aquí mismo, de la isla. Prueba el pastel de coco, una especialidad local, tan ligero como la niebla de la mañana.

Mientras saboreas, observa los detalles: el lento girar de los ventiladores de techo, la forma en que la luz del sol ilumina las alfombras tejidas bajo tus pies, las amables sonrisas del personal. El aire de la montaña trae consigo el aroma a limoncillo y tierra lavada por la lluvia. Es fácil creer que estás en un mundo secreto.


Matices de la vida isleña: más que playas

Esto es lo que las guías turísticas suelen pasar por alto: el alma de Koh Samui no se encuentra solo en sus playas, sino también en sus lugares más altos, donde los lugareños se refugian para disfrutar de una brisa fresca y una conversación más tranquila. Aquí arriba, verás a monjes con túnicas color azafrán compartiendo una taza de té y escucharás el canto melodioso de los pájaros que nunca llega a la zona turística.

Este es el Samui que perdura más allá de la temporada alta, que alberga sus propias historias. Observe cómo las colinas albergan pequeños templos, como Templo Khunaram, hogar del monje momificado, a un corto trayecto en coche. O la suave risa de las familias locales haciendo un picnic en Cascada de Namuang (busque “Cascada Namuang” en Google Maps), otra joya de la montaña.


Consejos prácticos para su retiro en la montaña

  • Cómo llegar: El camino del Jungle Club es empinado y puede estar resbaladizo si llueve. Si no se siente cómodo en moto, pida a su hotel que le reserven un taxi; la mayoría de los conductores conocen el camino.
  • Momento: Las mañanas tempranas ofrecen vistas brumosas y aire fresco, mientras que el atardecer baña las colinas de oro. Evita los fines de semana si buscas verdadera soledad.
  • Qué traer: Protector solar, repelente de mosquitos y un suéter ligero (sí, puede hacer frío por encima de las palmeras).
  • Quédate a comer: El menú combina clásicos tailandeses con comida occidental reconfortante, todo con esa mágica vista como acompañamiento. El curry massaman es uno de mis favoritos: aromático, rico y ligeramente especiado.

Una vista para recordar y a la que regresar

Al salir de la montaña, llevarás algo más que cafeína en tus venas. La tranquilidad, la perspectiva, los suaves recordatorios de que el corazón de Samui late con más fuerza donde el mundo se ralentiza; todo esto persiste mucho después de regresar al bullicio a nivel del mar.

Así que la próxima vez que visites Koh Samui, mira hacia arriba. Los mejores secretos de la isla te esperan en las alturas, donde una taza de café tiene un toque de maravilla.

Puedes buscar estos lugares en Google Maps escribiendo:
– El Club de la Jungla
– Cascada de Namuang
– Templo Khunaram

Feliz exploración, y que tu copa —y tu corazón— estén siempre llenos.

zehua shu

zehua shu

Curador de Experiencias Culturales

Zehua Shu aporta a Samui Love más de una década de periodismo intercultural y escritura de viajes. Criado en una familia de lingüistas, desarrolló una gran curiosidad por las tradiciones locales y las historias inéditas. Zehua tiene una maestría en antropología y ha vivido en el Sudeste Asiático durante varios años, sumergiéndose en las comunidades locales. Su meticulosa investigación, su genuina calidez y su talento para conectar a la gente con los lugares lo convierten en un guía de confianza para las experiencias auténticas de Koh Samui.

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