Esta playa solo es accesible durante la marea baja: descubre la joya oculta de Koh Samui
Un silencio se apodera de Koh Samui al amanecer, una suave anticipación a medida que la marea baja y los rincones secretos de la isla despiertan. En esta soleada isla tailandesa, adorada por sus extensos cocotales y aguas color jade, hay una cala especial que solo aparece cuando el mar se retira. Es un lugar que encontré casi por casualidad, descalza y curiosa, siguiendo la llamada de las olas lejanas y la promesa de algo oculto. Hoy me gustaría llevarte allí, a una playa que solo existe durante unas pocas horas mágicas cada día.
Las arenas susurrantes de Koh Samui
Koh Samui no escatima en playas deslumbrantes, cada una con su propio ritmo y personalidad. Pero escondida cerca del extremo norte, entre los senderos trillados de Maenam y Bophut, se encuentra un estrecho banco de arena que emerge como un espejismo cuando baja la marea. Los lugareños la llaman "Playa Secreta de Laem Yai", aunque también se rumorea que simplemente es "Playa Escondida".“
Para encontrarlo, se necesita paciencia y un poco de suerte. Si llegas demasiado temprano, el mar guarda su secreto; si llegas demasiado tarde, la arena se desliza bajo las olas que regresan. El mejor momento es en la suave brisa de la mañana, justo después del amanecer, cuando la marea está en su nivel más bajo y el mundo se siente nuevo.
Consejo: Para localizar este lugar, busque "Playa Laem Yai" en Google Maps. El banco de arena aparece al oeste de la playa principal, cerca del promontorio.
El viaje: siguiendo la marea en retirada
Recuerdo vívidamente mi primera visita: el aire impregnado del aroma a frangipani, mis sandalias colgando de la mano. El sendero serpenteaba tranquilamente entre palmerales, la luz del sol se reflejaba en destellos dorados. Al abrirse los árboles, lo vi: una franja de arena blanca que se extendía impávida hacia el azul, uniendo tierra firme con un pequeño islote deshabitado.
Es emocionante calcular la llegada con precisión, sentir la arena fresca y firme bajo los pies, sabiendo que caminas donde el mar apenas se ha soltado. Con la marea baja, puedes caminar tranquilamente hasta el islote, con el agua lamiéndote suavemente los tobillos, el mundo en silencio salvo por el susurro de la brisa y el canto ocasional de un martín pescador.
Consejos prácticos: Consulta siempre las tablas de mareas antes de ir. Puedes preguntar en tu hotel o consultar las páginas web locales de pronóstico de mareas. El periodo para visitar suele ser de un par de horas antes y después de la marea más baja.
Lo que nos espera: Conchas, silencio y soledad
En el banco de arena, el tiempo se ralentiza. Diminutas conchas brillan al sol y cangrejos curiosos dejan huellas en la arena húmeda. Desde el islote, las exuberantes colinas de Koh Samui parecen suavizadas por la distancia, el bullicio habitual amortiguado por la marea cambiante. Es un lugar para la reflexión tranquila, para dejar atrás la urgencia y sumergirse en el ritmo pausado de la isla.
Trae un picnic si quieres, pero recuerda llevártelo todo al irte. Aquí no hay tiendas ni tumbonas, ni vendedores ambulantes ni ruidosas motos acuáticas. Solo el mar, el cielo y tú.
Tesoros cercanos: un día bien aprovechado
Cuando la marea regresa y el banco de arena se desliza, la aventura no tiene por qué terminar. Cerca de allí, encontrarás Templo Phu Khao Thong, Un templo sereno encaramado en la cima de una pequeña colina, con su chedi dorado brillando a la luz de la tarde. Puedes buscarlo en Google Maps escribiendo: Wat Phu Khao Thong.
Para probar la cocina local, visite El Café de la Cabaña en Fisherman's Village (busque “The Hut Café Koh Samui” en Google Maps), donde el curry verde tiene aroma a limoncillo y el arroz glutinoso con mango es puro consuelo.
Si anhelas un último baño, Playa de Maenam Está a un corto trayecto en coche: es amplia, tranquila y rodeada de palmeras. Busca "Maenam Beach" en Google Maps.
Recordatorios amables para el viaje
Como en todos los lugares delicados, esta playa escondida requiere de viajeros conscientes. Por favor, anden con cuidado: tomen solo fotografías y dejen solo huellas. El banco de arena es un ser vivo y cambiante, hogar de pequeñas criaturas y plantas frágiles.
Si te encuentras con un pescador echando su red al amanecer, sonríe y asiente. Si ves a un monje cruzando la arena, escucha la silenciosa bendición en el aire. Cada encuentro es una hebra en el tapiz de Koh Samui: un recordatorio de que los mayores tesoros de la isla suelen ser los más apacibles, revelados solo a quienes esperan y observan el cambio de marea.
Que tu propio viaje a la playa secreta de Koh Samui esté lleno de maravillas, y que descubras, como yo, que a veces los lugares más hermosos son aquellos que aparecen solo cuando disminuimos la velocidad, miramos con atención y dejamos que la isla nos muestre su corazón tranquilo.
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