Este restaurante en la selva tropical de Samui es increíble: cenando entre gigantes
Hay lugares que perduran en la imaginación mucho antes de verlos, y Koh Samui es uno de ellos. Su solo nombre evoca imágenes de playas bordeadas de palmeras, incienso emanando de santuarios budistas y el suave murmullo de la vida isleña. Sin embargo, en mi última visita, no fue el mar lo que me dejó la mayor impresión, sino el bosque. En concreto: un restaurante tan perfectamente integrado en la selva que, por momentos, parecía cenar en una fábula.
Vamos a pasear juntos.
Donde cenan los monstruos: La magia de The Jungle Club
Encaramado en lo alto de las colinas esmeralda de Chaweng Noi, El Club de la Jungla No es tanto un restaurante como un mirador de maravillas. Para llegar, se asciende por una carretera con muchas curvas, un viaje que pone a prueba tanto el temple de la moto como el espíritu aventurero. ¿La recompensa? Vistas que se extienden sobre el Golfo de Tailandia, con las playas de Chaweng y Lamai brillando en la distancia, y una terraza para comer a la sombra de palmeras colosales y árboles de hoja ancha.
Puedes buscarlo en Google Maps escribiendo: The Jungle Club
Al llegar, te recibe una extraña pero encantadora mezcla de rústicas plataformas de madera, ondulantes cojines naranjas y el suave silencio de la selva tropical. La decoración es menos "chic de diseñador" y más "una familia Robinson suiza en un año sabático", que es precisamente la esencia. Aquí, nada parece artificial. La línea entre el interior y el exterior se difumina gloriosamente; los geckos corretean por las vigas y el aroma a tierra mojada flota en el aire.
Pedidos bajo el dosel: qué comer (y beber)
El menú, al igual que el entorno, es sencillo pero está lleno de agradables sorpresas. Ofrece una selección confiable de clásicos tailandeses: un picante som tam (ensalada de papaya), curry massaman con una intensidad que evoca las raíces musulmanas de la isla y mariscos frescos a la parrilla con un toque ahumado perfecto. Los vegetarianos encontrarán consuelo en los aromáticos salteados y las sopas con coco.
Si vas a desayunar, te recomiendo las bandejas de frutas: mango, pitahaya y piña, tan vibrantes que parecen sacadas de la ilustración de un libro infantil. Al atardecer, los cócteles, con abundante ron, se sirven en vasos robustos que tintinean alegremente al brindar por la vista.
Un consejo: la cocina funciona en horario de isla. La espera puede ser lánguida, pero bueno, todo aquí también. Trae un libro, un amigo o simplemente ganas de contemplar.
Una mesa con historia: Por qué es importante la selva tropical de Samui
Es tentador ver lugares como The Jungle Club como simples imágenes de Instagram, pero hacerlo implica perderse la profunda resonancia de los bosques de Samui. El interior de la isla, a menudo ignorado por quienes visitan la playa, ha nutrido a generaciones con cocos, madera y plantas medicinales. Aldeas enteras vivieron antaño a la sombra de estas copas, con sus ritmos en sintonía con el pulso del monzón.
Cenando aquí, con el canto de las cigarras y las nubes ondeando sobre las colinas, se vislumbra el Samui de antaño. Es un humilde recordatorio de que el paraíso se trata tanto de conservación como de placer.
Más allá de la mesa: explorando el corazón verde de Samui
Si tu apetito por la aventura supera a tu hambre, ve más lejos. El cercano Cascadas de Na Muang ofrecen un respiro fresco del calor; puedes buscarlas en Google Maps escribiendo: Cascada Na Muang. Para quienes se sienten atraídos por los espacios sagrados, Templo Khunaram El templo (hogar del monje momificado) está a un corto trayecto en coche; busque Wat Khunaram en Google Maps.
Y, por supuesto, las playas de Chaweng y Lamai nunca están lejos, aunque después de una tarde en la selva tropical, el surf se siente casi incidental, un epílogo azul a la narrativa verde del día.
Consejos prácticos para la experiencia en restaurantes en la selva tropical
- Cómo llegar: La mayoría de los visitantes alquilan motos, pero The Jungle Club ofrece camionetas 4x4 para quienes no se dejen llevar por las cuestas empinadas. Recomiendo llamar con antelación para preguntar.
- Reservas: Popular al atardecer; llame con anticipación durante la temporada alta.
- Qué ponerse: A los mosquitos les encanta cenar en la selva tropical tanto como a ti. Las mangas largas y el repelente son tus mejores aliados.
Reflexiones finales: Cenando con los gigantes
Hay una alegría silenciosa en comer bajo los árboles, de esas que perduran mucho después de pagar la cuenta. El Jungle Club, y lugares similares, nos invitan a recordar: el mundo sigue siendo salvaje en algunos lugares, y a veces, la mejor mesa está puesta para quienes están dispuestos a explorar un poco más.
Si te encuentras en Koh Samui, sal de la arena y ponte a la sombra. Tu alma —y tu estómago— te lo agradecerán.
Otras paradas a considerar después de la comida:
- Templo del Gran Buda (Wat Phra Yai): Busque “Gran Templo del Buda de Samui” en Google Maps.
- Pueblo de pescadores de Bophut: Una encantadora mezcla de antiguas tiendas de madera y cafés modernos.
¡Feliz paseo y buen provecho!
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